lunes, 6 de abril de 2020

Entre la razón y el instinto

El ejercicio de escribir públicamente lo había abandonado. Quizás el silencio me provocaba cierta comodidad ante la desmedida cantidad de "opiniones" y "críticos" que en Internet burbujean con sus atavíos que les disfrazan de expertos. Yo tampoco soy uno.

Sin embargo, en éstos tiempos que provocan innumerables argumentos científicos, posturas políticas (por no decir manipulaciones), vociferaciones energúmenas, sensatos llamados a la cordura, memes hilarantes, críticas a las iglesias y a los gobiernos de turno, no escuchamos atentos los gritos de auxilio. Entre esta colección de voces, es imposible mantenerse al margen, silencioso. Algo falta en la conciencia colectiva que nos ciega ante la realidad, que si acaso, entendemos hoy, como los metros cuadrados de nuestros hogares, si es que todos tienen uno.

Hablar de un método que nos salve la vida, a todos, es un absurdo. Nada es más racional que el aislamiento, la cuarentena, seguir un riguroso cuidado de sí, lavando las manos con ahínco, evitando las tan exquisitas muestras de afecto que tanto bien harían si el COVID 19 fuera solo un virus en alguna película de cartelera. Quedarse en casa. En la puta casa, como dice con gracia el famoso Samuel L Jackson en su poema viral que da la vuelta al mundo occidental. No hay duda que el uso de tapabocas, guantes y otros elementos de protección, reducirán el contagio cuando nos vemos obligados a salir a buscar provisiones para tratar de mantener una nevera suficiente. Leer los libros que el mundo productivo había condenado a empolvarse, sufrir una sobredosis de cualquier contenido en las redes sociales, tragar temporadas enteras y películas en Netflix y Amazon Prime, estudiar algo nuevo, solo para deleite intelectual o morboso mientras el tiempo pasa. No tenemos forma sensata de enamorarnos por ahora. Es perfectamente racional y posible para todos aquellos que, aunque no nos sobre dinero, vivimos una situación privilegiada.

Las cifras, que mienten mucho en estos lindes tercermundistas, muestran, al menos parcialmente, la miserable realidad de los muchos. La pobreza es literalmente, el modo de vida de 1.400 millones de personas que sufren pobreza extrema  y casi 900 millones sufren hambre. Otro tanto, de al menos 1.500 millones, viven en situaciones muy precarias, pero no consideradas en pobreza extrema, porque algo llevan a sus bocas, aunque tenga ese putrefacto olor a mierda. El resto es nuestra historia, la que conocemos y vivimos desde la comodidad de nuestra casa. Esas cifras, dicen expresamente, que la mitad de la población humana no tiene medios legítimos para su supervivencia, pero eso, eso no nos importa.

Colombia roza el 20% de lo que las entidades mundiales llaman pobreza multidimensional; una clase de alivio conceptual para no provocar arcadas en aquellas mentes sensibles a la realidad de la especie, en donde no es considerable sino como pobreza monetaria, recibir algo menos de $260.000 pesos. En Colombia alcanza un 27% de la población esa elegante conjetura estadística. Sin sumar el éxodo venezolano a tierras cafeteras, las cifras del DANE nos dan la idea de que un poco más de la cuarta parte de la población en el país no tiene medio alguno para comprar un tapabocas, jabón de manos, gel antibacterial y todas esas "vanalidades" que se nublan definitivamente si ni siquiera se puede comer. Aquí si que se reivindica aquella frase de "La vendedora de rosas": !pa´qué zapatos si no hay casa, pa´qué hijueputa!


No vale la pena siquiera escudriñar el número de personas que reciben un salario mínimo, que en su justa definición, es miserable. Y ¿entonces?, nada. Entre la razón y el hambre, hay una muy extensa cantidad de nada y un supuesto aislamiento inteligente, que no será otra cosa que enviar a morir enfermos a los pobres. Nos encanta agitar los estandartes de la "lógica" popular y cantar a gritos que se queden en casa algo cerca de 20 millones de colombianos que no tienen qué comer, para sentirnos parte de la inteligencia colectiva. Elevan sus plegarias y rezos, aplauden las mediocres medidas del gobierno, acusan a la alcaldesa de Bogotá de ser populista, se enfrascan en las pendejadas que Petro publica sin revisar y sin constatar, se les olvida la ñeñe política y la clase de malditos que nos gobiernan. Es una zarta de políticos corruptos los que dan las órdenes que nos gusta ecuchar y si que se siente bien ser un borrego responsable.
Entre la razón y el instinto, siempre ganará el instinto. Cuando el hambre entre por la puerta, toda esa iluminada grandeza y lógica que caracteriza al colombiano promedio que vota NO a que se termine la corrupción, se convertirá en una ira colectiva, en una catástrofe social, e infortunadamente, en una guerra que nos recordará las películas zombie. ¿Quiere ser en serio inteligente y de paso buena persona? Deje una libra de arroz o de lentejas en su puerta apenas vuelva de hacer mercado, una botella de agua, una pastilla de jabón o una libra de harina. Póngase el tapabocas y lleve hasta esa casa con bandera roja o un S.O.S, un poco de pan. Mejor aún, provoque una revolución ciudadana al fin sensata e invite a las autoridades a pasar cierto día por su barrio para recoger las donaciones que todos dejamos en la puerta de la casa. Eso si sería aislarse altruista e inteligentemente.
Así, quizás la razón pueda ganarle al instinto que se despierta, esta vez seguro por hambre.
  







jueves, 7 de enero de 2016

La moda: un nuevo amanecer para el arte.
No es algo fácil de comprender; la moda para muchos, es una simple estrategia de mercadeo para aumentar las arcas de multimillonarios industriales que lanzan al mundo artículos innecesarios y visten a las personas con atavíos exóticos, costosos y que sólo representan la superficialidad humana. Pero detrás de las pasarelas, las bellas modelos y los artículos costosos, existe un fenómeno social: imágenes que reflejan las ideas y pensamientos que, a través del tiempo, las culturas han plasmado en la historia y que discretamente, han permitido mantener al arte cerca de cada uno de los seres humanos.
Hay una estrecha conexión entre la moda y los movimientos artísticos y por ende, una fantástica verdad tras bambalinas. El arte ha representado la historia desde innumerables perspectivas, sus luces y oscuridades, las emociones que surgieron por la atrocidad de la humanidad, pero también que emanaron de emotivos sucesos que revolucionaron la historia. Sus más excelsas muestras han inspirado desde los pomposos trajes del siglo XVII y XVIII y los sombríos atavíos de los victorianos, hasta las coloridas y brillantes vestiduras de nuestros tiempos. Desde la inocente túnica griega hasta los diminutos y realmente estupendos bikinis, han sido tocados por el pincel y la filosofía que detrás de las pinturas, cinceles y violines, identifica a las generaciones, especialmente a partir del siglo XX.
Es el Art Nouveau el que rompió al fin las cadenas del academismo clásico que tanto mantuvo en las aulas al grito del arte, traducido ahora en algunas revistas como el grito de la moda. Ni el barroco ni el rococó habían podido estamparse de forma abierta en las telas, pero la naturalidad y frescura informal y claramente innovadora del Art Nouveau, impuso su autenticidad cuestionando todo aquello que afectara el cuerpo físico, como corsés, vestidos y atavíos muy estructurados. La inspiración en la naturaleza, en la expresión fresca e innovadora de su vanguardia, permitió al Art Nouveau darle sentido y aire nuevos al diseño de muebles, a la publicidad, a los medios de comunicación, a la arquitectura y por ende, a la moda; nacimiento de una maravillosa libertad que impuso en su propio ejercicio criticando las figuras disciplinadas que definitivamente alejaban la figura humana, especialmente la femenina, de la realidad.
El siglo XIX es el pilar de esta rebeldía y París, la ciudad de luces y cuna de diseñadores de modas que al fin se reconocían como artistas y exponentes de ideas y expresiones, la pasarela. En la mágica ciudad desfilaban provocativos vestidos que opacaron los tradicionales y aburridos, e iluminaron los cafés de Champs Elysées a pesar de los ruborizados rostros que Poiret y Klimpt seguro mostraron tras algunos escándalos. Había nacido al fin la estrecha relación que antes censuraban conservadores académicos entre la moda y el arte.
Es fácil observar cómo las décadas siguientes aprovecharon el valor del Art Nouveau especialmente al inicio del siglo XX, en donde las exóticas pinturas de Picasso atravesaron la mente de miles de personas, de la sociedad y de los nuevos aires de expresión. El arte al fin inspiraba el diseño moderno en todos sus aludes, llegando al fin a trazar principios, filosofías, vanguardias también en la ropa para exponer el cuerpo y resaltar su belleza. Poco a poco se renunció a los volúmenes, a las exageradas capas que ocultaban el cuerpo; transparencias, tejidos planos y de caída libre, colores y formas que exaltan la silueta, empezaron a adornar sofisticadas mujeres que al fin desnudaban un poco su naturaleza y mostraron al mundo que todo el vapor y protuberancia de la Belle Époque, no era fiel a la nuda vida, a la belleza humana. Coco Chanel hacía de las suyas inspirada en la fuerza con la que el cubismo lideró la estética del siglo, y que sirvió de abono a la visión del futuro que el Art Deco traspuso también en la moda, volviendo la sobriedad del metal, las piedras preciosas y pieles exóticas, el lujo de los nuevos vestidos. Funcional, curiosamente moderno y osado, el diseño de moda cruzaba los campos de la postguerra en zapatos elegantes, con carteras, bolsos, accesorios y joyas que acompañaron esa nueva tendencia de crear ropa cómoda, confortable y sin duda, maravillosa. Las revistas se ilustraron con vanguardias artísticas para enmarcar mujeres distinguidas, algo lánguidas y que con sus cortes eton crop, sugerían misticismo y el exótico sabor de ser perlas preciosas en el fondo del océano.
El surrealismo de la mano de Schiaparelli, agregó fantasía a la realidad que cubría la piel,  mientras diseñaba sus prendas mientras un cocktail con Dalí y el excéntrico Cocteau, inspiraba algo de insensatez en sus telas. La locura hacía parte también de los ropajes, y sin embargo, ese sentido estético intachable que impuso lo deforme, lo inimaginable y lo mágico, fue un delicioso Eureka. Sombreros y zapatos que solo se distinguían por el uso dado, recordaban el derretido reloj que parece un paisaje del país de las maravillas, y a pesar de su corta y poco vista visita a la década de los 30, son hoy musas del fenómeno Gaultier.
Después de los cincuenta, el mundo se volcó en los cambios drásticos y radicales que la historia escribía, mientras el olvido por la imagen de Marilyn Monroe y el inicio de la trágica familia Kennedy no desvanecían tan fácil, pues la televisión hizo que el mundo entero reviviera sus vidas en fotografías y videos. La comunicación se masificó al fin con el advenimiento de la globalización de la mágica cajita, y nacía el padre de la economía contemporánea: consumismo. La producción en serie llevó a todos los rincones del mundo el poder del deseo y con él, el poder del arte.
Warhol y su lata de tomates desbordó lo cotidiano hasta el punto de hacer algo cotidiano en algo anormal, y para muchos, en arte. Los museos se llenaron de imágenes que se veían en la cocina tan normales, pero que, en manos técnicas e inspiradas, rebasaron las cifras en los cheques de los coleccionistas. Multitudes conocieron el alcance del poder de lo cotidiano con el Pop Art, hasta ver en cada esquina una boutique, y en los supermercados, secciones enteras de ropa que a pesar de lo hermosa, se desechaba tan rápido para sustituirla por el nuevo grito. Las latas de tomates inspiraron el consumo, y sus colores, las telas. Yves Saint Laurent explotó los trabajos de Warhol y Liechtenstein, y vistió también las muestras de Mondrian.
Vino el Op Art con sus ilusiones y sus minifaldas. Es curioso ver como la seriedad del racionalismo Bauhaus y el Suprematismo que coloreó las páginas de los teóricos, también adornaron esas diminutas prendas que tanto amamos los hombres y tan bien se ven en las mujeres. Quant, Pucci, Beene, llenaron los estantes en la década hippie que, casualmente, fue cuna del rock y por ende, de nuestra identidad contemporánea.
Ni hablar… hay mucho por recorrer en las décadas siguientes… vanguardias que inundaron las telas y las vitrinas. La moda es sin duda un amanecer para el arte y su mejor vitrina. Basta ver como la música se estampa sobre las playeras y los abrigos. La moda no incomoda, comunica, expresa y rescata la expresión estética.
Hay mucha tela por cortar…


Billy B.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Buses rojos... bogotanos tontos

Buses rojos... bogotanos tontos

Con algo de miedo al abucheo, decidí el título miedoso pero irrespetuoso. Sin más, me atrevo a decir que los bogotanos somos tontos, y digo somos, porque habito la ciudad en silencio como la mayoría. Ese silencio no es otra cosa que cobardía y conformismo, y a lo sumo, ausencia de motivación como la tienen campañas sensatas como la de Inteligencia Vial. Sólo me atrevo a hablar de Bogotá porque es mi ciudad, a pesar  que en hermanas ciudades en donde hay buses azules, verdes o amarillos, se sufre igual, se piensa igual (o no se piensa?), y se anda igual. Sé que ya pasó de moda quejarse de esto y no me importa. Nunca he estado a la moda pero si inconforme, aburrido, trastocado por el insulto, atropello y abuso en contra de la gente, a pesar que como recita Plauto en Asinaria "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit" (Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro)  y luego lanzada a la fama por Thomas Hobbes acuñando la frase "Hombre lobo del hombre", es pan de cada día.

De los rojos, sobran argumentos para describirlos y sentenciarlos como la cagada, embarrada, tontería, estupidez, robo, abuso, etcétera, etcétera y etcétera del milenio, lejanos del objeto de su creación macabra y de su lindo nombre que no hace honor sino burla a la evolución tecnológica y urbana del siglo XXI. Hasta su color, a pesar de ser hermoso, agrede una ciudad que no quiere evocar sangre sino aire libre. Con estaciones feas y maltrechas de acero y vidrio, asfalto mal puesto y huecos que parecen cráteres lunares, se visten las antiguamente mejores vías de la ciudad, que evocan en vez de una ciudad sostenible, un paisaje apocalíptico. Bogotá es una ciudad hermosa, espacios maravillosos a la que le han puesto una malla vial que parece un costal. Se imaginan ver a Angelina Jolie o a Charlize Theron (Brad Pitt y George Cloney para las damas?) con  cobijas pulgosas, rotas  y sucias por las calles de Los Ángeles, mostrando un rostro ennegrecido por el hollín? bueno... algo así.

Un transporte tan inútil solo es efecto de la inutilidad humana; el coloso del norte anda en burro, y para colmo caro, enfermo y cojo. Insostenible, ineficiente, ineficaz, costoso, contaminante e incómodo, transmilleno no merece un solo elogio, porque ni las voces que anuncian las paradas son agradables y recuerdan, a pesar de la ausencia del sonido a z de los padres de la lengua castiza, una traducción y copia mal hecha. No hablemos paja: que levante la mano el que sienta orgullo y conforme a sus ideas de ciudad despierta y bella, tenga ganas de montarse. A continuación, haré una breve argumentación al respecto:


1. Insostenible: El concepto de sostenibilidad (buscar en google) se resume en que un sistema sea renovable, diverso y productivo. Renovable? no. Diverso? jajaja. productivo? quizás para los dueños, pero porque obligó al bogotano a montarse, ya que sin medios alternativos, toca. El sistema es un desastre  para los usuarios, y eso lo hace no productivo, porque no genera ningún valor para el usuario, más que un dolor de cabeza, vaciar los bolsillos y una incomodidad abrumadora.


2. Ineficiente: Ni hablar. Hay que esforzarse mucho y se obtiene muy poco. En economía se habla de tener que hacer lo mínimo necesario (bien hecho) para obtener el mejor beneficio. Para los dueños que no invierten ni mejoran el sistema es eficiente para sus cuentas bancarias. Para el usuario... apesta!


3. Ineficaz: Querían logra con transmilleno un sistema óptimo para la movilidad en Bogotá? FAILED!!! No es metro, no es rápido, no es económico, no es cómodo, no trabaja 24 horas, no es suficiente para tanta gente y no esta en todas partes como el metro de París!! Ni hablar de tener que caminar el túnel de la estación Ricaurte para hacer trasbordo.


4. Costoso: Bueno, si tu salario es de $550.000 mensuales, estás obligado a usar transmilleno, trabajas en Usme y vives en Toberín cuanto de tu sueldo usas para transportarte? Multiplica 22 días x $3.500 + los buses extras que tienes que tomar. Eso es más del 10% del salario. Para colmo no es público, sino mixto. El transporte más caro de América Latina y no funciona bien... será que somos tontos en serio?


5. Contaminante: Vehículos con motor de combustibles fósiles con motores no menores a los 5000 cc, que están en funcionamiento 18 horas. Ruidosos, rojos, y se robaron y robarán carriles de las vías mas importantes y antes fluidas de la ciudad. Algo más?


6. Incómodo: Bueno, si les gusta que los empujen, los toquen, los amasen, los pateen, los embistan, los golpeen... son fieles al sistema.


Creo que es suficiente. Los rojos no sirven y no servirán, y destinan a  la ciudad  un fracaso inmarcesible. pero ahora viene lo más lindo... la gente.


Ya es mucho aguantarnos un sistema mediocre y caro como para tener que aguantarnos la brutalidad, violencia e ignorancia del usuario caramba! Es cierto que la señalética es mediocre, mal hecha (debió costar el 100% de los impuestos de 3 años + el cheque de los corruptos y lo debió hacer la agencia del hijo del amigo del dueño y producida en el ricaurte) porque los mapas ni se ven, las flechas menos y los identificadores de rutas no están. Pero la falta de sentido común, inteligencia y civismo es mucho más dañino. Es más desagradable el abuso y atropello de los vecinos que pagar el impuesto, porque lo segundo lo hago solo una vez al año.


Si pudiera dibujar, les haría ejemplos gráficos. Pero como no dibujo bien, intentaré ser lo más gráfico posible con letras.


  1.  Si ves una flecha en el piso que indica un sentido para desplazarse horizontalmente para ingresar al vehículo al lado de las puertas, y otras flechas que vienen hacia ti directamente frontales a las puertas qué haces?
  • Yo: Me ubico, espero y me movilizo en el sentido correcto. Si voy en contravía seguro me atropellan y no dejo fluir correctamente a las demás personas.
  • Usuario común: Esas flechas no sirven para nada. Yo espero en frente de la puerta, no dejo salir a nadie y me   "trepo" dando codazos o si no no cojo bus nunca!! Los demás que se jodan, no puedan salir y si se puede, que se queden por fuera los que están a mi lado. Quite señora!
  1. Si los anuncios de los tableros electrónicos sugieren que dejar salir primero es entrar más rápido, que piensas?
  • Yo: Es lógico. Espero que salgan las personas que se bajan en esta estación, dejan un nuevo espacio y no tropiezo con ellos al subirme al vehículo.
  • Usuario común: Que se jodan. Si no se pueden bajar de malas, para que no se avispan? Además esa gente nunca deja que uno se suba rápido... no deberían bajarse aquí pirobos. 
  1. Si veo que hay personas que necesitan salir de la estación y hay 3 o 4 accesos/salidas que hago?
  • Yo: Dejo uno de los accesos/salidas libre para que las personas evacuen la estación, mientras usamos los restantes para ingresar.
  • Usuario común: Mire mire, entremos por aquí, si no nos quedamos 3 horas entrando. Que mamera esta gente saliendo.
Y estos son solo algunos ejemplos. Me gustaría hablar con Pirry para que me ayude a vender una idea: una campaña para la inteligencia ciudadana, dedicada a "Transmilleno". (No detallo mi idea porque otro la ejecuta y yo no recibo créditos). Lo que si les cuento es que sería muy bueno, y de paso chistoso. Porque además de "al caído caerle" educando, haría que fuera un circo en vivo y en directo: al que no usa la cabeza, lo cogemos de payaso y punto.

No se diga más. Ya me molesté recordando lo desagradable de tener que usar los rojos en tan malas compañías.




lunes, 27 de febrero de 2012

Al caído caerle!!

Al caído Caerle!

Frase de abuelos o de resentidos... el rollo es que es cierto. Cada vez que alguien la embarra, comete un error, hace el oso, se cae por la calle, balbucea un comentario tonto y sin sentido, miles de personas le caen encima. Le dan palo hasta dejarlo moribundo emocionalmente y se ríen hasta desternillarse.

A todos nos pasó.  Recuerdo una clase de educación física en la que nos pusieron a correr los 100 metros y en mi afán de ganar, rodé por la pista unos 3 o 4 metros. Me caí y me desbaraté las rodillas, me ensucié el rostro y me "cagué" de la risa. No gané y me la montaron por años y hasta se contó la anécdota en el anuario junto a otro par de mis perlas. Claro que no soy el único que fue inmortalizado por caerme, porque muchos se caen y le caen encima.

 Lo divertido (o trágico?) del asunto, es que no todas son cagaditas de colegio, ni comentarios tontos para que le caigan encima. Hay que ver el alcance y la insoportable sensación de ser perseguido, cuestionado, ofendido y obligado a vivir con la desgracia hasta no hartar de poder, o de no se qué (placer?) a los que señalan. Al día de hoy, he recibido unas 200 llamadas de los bancos preocupadísimos por que no he pagado las cuotas del crédito y escuchan siempre la misma respuesta: no tengo como pagarles ahora, ya lo haré en cuanto pueda.


No sé cuántos sufren esta montonera, lo que sí sé, es que nunca ofrecen soluciones sensatas. Por el contrario, se divierten  grabando las conversaciones (dicen que es por seguridad) de voces estresadas, tristes y desesperadas (jajaja), jugando al parecer un aguinaldo (en Colombia se juegan aguinaldos en época navideña, en especial juegos como pajita en boca, tres pies y "al si y al no") de al si y al no, buscando por todas las vías, que uno se comprometa a pagar el día que a ellos conviene (pero les conviene que uno pague más intereses no?), porque se quedan sin platica para apostar lo ajeno en multimillonarias operaciones que les ayude a los banqueros a salir de la crisis. Por supuesto su locución suena amable y sin pretextos para montarla, seguros de que no incomodan ni arruinan el día.


Este solamente es uno de los muchos ejemplos de lo que es caerle al caído, pero por ahora, en el que me centraré. Por qué? porque me tocó a mí. Me tocó caer en un ciclo aburridor y bastante traumático al deber dinero a un banco por un préstamo, por usar la forma fácil de obtener algo más de capacidad de consumo, bien sea para pendejadas o por necesidad.   Tropecé teniendo trabajo y en un hueco aterricé, luego de una larga carrera al estar desempleado. Da igual... me dí durísimo y aún duele el golpe; sobre todo porque mi esfuerzo en conseguir actividad "lucrativa", viene lento y se va, antes de que termine de contar los billetes.


Suena el teléfono...
Yo: Aló?.
Al otro lado del teléfono: Buenos días (Desde que me llamó ya no son buenos) señor Burgos, mi nombre es Anacondrea Cobrador y lo llamo del banco Robocréditos para confirmar si usted ha realizado el pago en mora de su crédito.
Yo: (Con ganas de reírme de la pregunta estúpida) no señorita, no lo he realizado, creo que ustedes los saben mejor que yo porque si tienen un sistema para llamarme 30 veces en una semana, seguro también les avisa si pagué y me dejan en paz durante un mes. Además saben hasta cuantos centavos suma la deuda en el tiempo en que se demoró en preguntarme, así que la pregunta sobra.
Ella: Si señor, bueno, su fecha límite está para pasado mañana y le recomendamos acercarse a cancelar las cuotas atrasadas. Me podría decir el motivo por el cual no ha pagado?
Yo: Señorita, ya les he contado unas 200 veces que estoy desempleado. A duras penas consigo algunos proyectos independientes que me permiten abonar a mi deuda en periodos un poco más largo que un mes, porque como es lógico, no tengo un salario. Pero usted puede notar que sigo pagando.
Ella: Si señor, entiendo. Podemos hacer un compromiso de pago para el próximo miércoles? (estoy seguro de que no entendió nada o se hace la idiota)
Yo: Señorita, escuchó lo que le dije? no no puedo comprometerme. Espero poder hacer el pago lo antes posible, pero ustedes me quitan tiempo.
Ella: Si señor, entiendo. Le parece bien si dejamos el compromiso para el jueves? (jajaja, es en serio? en un día crecen billetes debajo de la cama,o me saco todos los dientes para que venga el ratón Pérez?)
Yo: Señorita, como le digo, no puedo comprometerme con una fecha. Haré todo lo posible e imposible para pagar lo más rápido que pueda.
Ella: Bueno señor Burgos, tenemos otra opción. Le ofrecemos quedar al día con su crédito si tiene un co-deudor.
Yo: (con ganas otra vez de reírme y decirle lo ilógico de esa propuesta) No, no me interesa (Seguramente a ningún amigo le interesa tampoco ponerse una horca en el cuello sin garantías de un desempleado). Yo me hago responsable.
Ella: No tiene a nadie que lo apoye? (Definitivamente está leyendo un guión y no usando el cerebro)
Yo: No señorita. No tengo.
Ella: Bueno señor Burgos, voy a hacer las anotaciones pertinentes y lo volveremos a llamar el miércoles para saber si usted ya pagó. que tenga usted un feliz día y recuerde que lo llamamos de su banco, su mejor amigo, el que lo ayuda cuando necesita. (jajajajajajaja... cuando necesito? feliz día?)
Yo: Igualmente señorita Cobrador.


A las dos horas suena el teléfono otra vez...
Yo: Aló?
Ella: Señor Burgos, lo llamo para confirmar si ya realizó el pago en mora de su crédito del banco Robocréditos.
Yo: Señorita acaban de llamarme. Ya les dije que no, y que no puedo comprometerme para el miércoles.
Ella: Le parece bien para el jueves? (otra vez el jueves?)
Yo: No señorita, no me parece bien. (cuelgo furioso).


Bueno, creo que no pude relatarlo mejor porque así se le cae encima al caído . Una llamada tras otra hasta lograr que uno tenga los ojos llorosos e imagine tener una camiseta que dice "tonto".  La reacción inmediata es desesperarse para taparse el rostro avergonzado y buscar una forma de que se olvide el tema. En este caso, enviar desesperado hojas de vida, presionar a los clientes que se tienen para que den una pronta reunión, inventar cosas para vender, soñar con un local de empanadas... y al final, aceptar que todo eso es posible, pero que no podrá ser la solución para el jueves. Bah!


Abro Excel (pirata y que?) y hago cuentas. Re-descubro el hermoso y cómodo interés anual, como se cuentan millones, como te roban, cuánto he pagado (mas que lo que me prestaron y aun les debo el crédito entero) y lastimosamente, no logro nada y sigo sin saber qué hacer. Escribo.


Me metí en la cabeza que yo también puedo caerle encima a mi lector explicándole que es vivir la frase "Al caído caerle" y hacerlo leer esto tan aburrido! Será que me río porque cayeron?


Bonne apetite!!







miércoles, 22 de febrero de 2012

Primera reflexión de un desempleado!

Ya no es monólogo; es una reflexión que surge después de leer y releer los diferentes mensajes de todos mis lectores, todos con diversos puntos de vista, diferentes perspectivas y curiosas interpretaciones. Todos ellos inteligentes hasta los tuétanos y por fortuna, todos amigos. Digo por fortuna porque aún no quiero ni estoy preparado para buitres y otras aves de rapiña que destrozarían mis letras y este ejercicio de expresarme. En fin! Me gustaría continuar con mis elogios, pero tardaría años y gastaría demasiadas teclas adulando a todos los que han elogiado, criticado, regañado, aconsejado, acompañado e iluminado mis letras hasta hoy. Un simple gracias y una invitación a que me sigan leyendo es lo que voy a darles.

Primera reflexión de un desempleado!

Pues bien. Me encuentro de nuevo muy a las 8 de la mañana sentado en frente de la computadora luchando contra la inactividad neuronal y rogándome pensar en algo para escribir aquí hoy.  Hoy no es un día tan gris como el pasado sábado en el que a causa de mis pesares, entinté la pluma y desbordé un montón de letras sobre este papel virtual. Al contrario, entran algunos rayos del sol que dibujan una mueca parecida a una sonrisa mientras leo  los mensajes en mi facebook (por qué no en mi blog?) y se ha iluminado de entre muchas, una idea: reflexionar.

Tomo leche achocolatada mientras preparo una propuesta que debo llevar hoy para hacer que esa empresita que no va bien lo haga y disfruto ver como se reduce el saldo en mora de mi banco porque al fin recibí parte de un dinero que me adeudan. Suena el teléfono y no es otra cosa que una voz de aliento y convencida de que ésta mañana será favorable y yo le doy razón, a pesar de que creo que no hay nada tan malo que no pueda ser peor. Sin embargo esta mañana no fumo ni busco hechizos, más bien leo las noticias otra vez sin saber por qué, siguiendo el sabio consejo de una adorable admiradora. Investigo un poco y me lleno de información, que aunque muchas veces falsa o disfrazada,  sirve de inspiración para escribir mis tonterías.

Hora de reflexionar porque ya son las 9 y terminé la propuesta. Me pongo incómodo y pienso como responder los mensajes mientras en mi mente revolotea la idea de abandonar la computadora y salir a montarme en uno de esos desagradables buses rojos articulados que arruinan la ciudad, la movilidad y los bolsillos. Reflexionar en el camino será una buena distracción para mi demofobia y para no quejarme de los idiotas que hacen fila frente a las puertas de ingreso. (Pausa larguísima! acabo de regresar y son las 3 de la tarde!. Seguiré narrando en presente, aunque debiera hacerlo en pasado). Camino algunas cuadras, manzanas, bloques y pienso, pienso... llego y entro a la estación. Como siempre, es una desagradable experiencia toparme con la multitud afanada y torpe, más cuando veo atiborrado un rebaño de ciegos que no ven las flechas en el piso indicando la orientación para la espera. Un putazo mental y cierro la boca mientras huyo de nuevo a la reflexión. Pienso, pienso...

Un viaje colgado de un tubo no es ni por un momento divertido. No veo un solo rostro feliz ni siento un aroma agradable, menos una silla fría, aislada y en donde nadie me toque para sentarme y pensar tranquilo.  Así que ejercito mis brazos y mi balance esquivando roces mientras hago bocetos mentales de lo que haré para no sumergirme en el hueco acostumbrado en el último mes. Sé sin embargo, que ver la luz tomará algún tiempo mientras asumo mi estado de desempleado y procuro continuar la ruta de la independencia que tanto anhelo sea también económica. Hago cálculos, cuento opciones y recito el consejo que me dieron: debo investigar estadísticas, informarme un poco más sobre la realidad del país y del mundo, llenarme de argumentos para convertir mis publicaciones del blog en algo que no solo haga que diez minutos sean ocupados para mis lectores, sino que sean un punto de referencia, una guía para comprender y concientizar (concienciar)  sobre los fenómenos de los que me quejo. Me da algo de pereza creer que mis letras puedan ser informativas; la información tiene ese disfraz eterno y mentirosos de ocultar partes, o de controlar mentes...


Suena la voz inhumana anunciando mi estación y me despierta clavándome en la realidad. Bajo del monstruo rojo, arreglo mi chaqueta y escucho mis pisadas en el metal. Estoy listo y renovado mentalmente para asumir mi rol, poner cara de felicidad y estabilidad y vender mis ideas tan bien, que no exista forma de un no; por un momento creo me haría bien hacerle caso a Coelho... nahh... mejor no!!


Mi reunión es un éxito pues mis interlocutores necesitan lo que puedo darles. Eso me dibuja una sonrisa estúpida en el rostro y de inmediato pone un visto bueno en mi lista del mes entrante de pagos a terceros. Tendré un poco de calma los próximos 2 o 3 meses callándole  la boca a los bancos y probablemente esas cervezas de viernes estarán en la nevera aunque sean pocas. Salgo de ahí un poco más ligero  y con la mente relajada, lista para seguir en mi reflexión, aunque hasta ahora no haya reflexionado sobre nada. El cigarrillo vuelve a esperar... tengo unas ganas tontas de dejarlo y no prendo ninguno hasta llegar a un paradero de buses corrientes (aleluya), que aunque incómodos y llenos de gente, no son una "aromaempujonterapia". Levanto mi mano y tomo por fortuna, uno que tiene sillas individuales y ventanas abiertas!!


Distraído olvido reflexionar y más bien pienso en que esta tarde veré una película, pero no sé cual. Hace tiempo no veo una buena, así que mi ilusión es acertada; una mala película terminará por borrar la tenue felicidad del día... pero... no, sí es mala puede ser un chiste, digno de contar. Pasan algunos minutos mientras fantaseo y de golpe, me paso dos cuadras, así que tendré que caminar más de la cuenta hasta mi casa. Entro, saludo a mi mamá, al viejo, a Iceberg (mi perro) que tiene la particularidad de ser el mejor del mundo y mi estómago ruge pidiendo el almuerzo. Devoro con la mente en blanco.


De nuevo en el PC. Un déjá vu! (perdonen la tilde invertida, no la encontré). Son las 3 de la tarde como hace 5 párrafos, y no tengo ni idea de cómo continuar, pero igual lo hago. No tengo un hilo conductor ni una historia única que contar, así que sigo anunciando una reflexión que no llega y derramo  sobre mi blog las letras de arriba. El reloj da las 5:30 anunciando la pronta película. Buena y mala... creo que es un chiste bien hecho... asustador a medias, suspenso a medias, palabras a medias porque viendo una película no se puede hablar. Cuando termina, tengo una conversación interesante, larga y que topa casi a las 11 de la noche.


Regreso con la misma sonrisa idiota y con el mismo hueco en la mente. Aún no llega la luz que necesito para hacerle honor al título de lo que estoy escribiendo... entro en la cocina, me sirvo un plato de comida y le digo un par de cosas a Iceberg. De repente y de la nada, viene a mi mente al fin algo de sensatez. !Sí, estoy desempleado, desesperado, ilíquido y con los bolsillos llenos de pelusa... pero tengo tiempo para pensar, hablar, escribir, quejarme de la realidad que puedo observar tranquilo, porque no tengo que trabajar en una silla 8 horas diarias.


Voilá... mi reflexión, primera, corta y con un poco de sin sentido. Alguien me dijo sabiamente que era tiempo de un "reset", de un cambio profundo, serio e infortunadamente lento. Pero vale la pena... Estar desempleado, aunque es horrible, es trampolín para iniciar de nuevo, soñar de nuevo, y disfrutar de tiempo propio... Sin dinero, tengo mucho de que ocuparme!!


La media noche llegó y olvidé publicar... pero ya publico, esperen un ratico!





martes, 21 de febrero de 2012

Un grito que no quieren que se escuche!

http://www.youtube.com/watch?v=BFv4HG8ALeA


Un grito que no quieren que se escuche!!!


Después de ver este video, recordé mi épocas de enruedo, pero esa es otra historia. No porque dicho recuerdo no traiga a colación en mi mente montones de sueños y ganas de hacer algo diferente, sin violencia, sin tener que correr y enmascararse, sino porque es una contra-parte marcada, al margen de la indignación que produce, con repulsión y desacuerdo, el video. Por eso es otra historia.

Ésta, simplemente es un levantar la mano para decir que también estoy indignado. La exclusión violenta y abusiva que el poder ejerce, no es otra cosa que la eterna muestra de que el atropello es el medio más sencillo para limitar y obligar a los que no tienen voz, a desaparecer en un silencio aterrador sin participar en el intermedio de las noticias de farándula y actos heroicos de nuestros ejércitos y policía nacional.  

Es real. No es un fake ni una pataleta de los estudiantes, ni mucho menos un suceso aislado de toda la violencia que acostumbramos a ver en películas donde muestran lo salvajes e inhumanos que pueden ser los países tercermundistas, esos en donde la democracia es una leyenda occidental y los diamantes la sangre. Pero resulta que los héroes también aquí son mercenarios y asesinos a sueldo de la vida desnuda, bajo las estrictas órdenes del señor dinero. Algunos disparos y los campesinos no serán problema ni la prensa ética que tanto falta en nuestros queridos medios; un par de llamadas y se revientan familias enteras a manos de los orcos.

Es aterrador escuchar un grito que se oculta bajo el dignificante "Libertad y Órden" de un escudo que mancha de nuevo de escarlata, una tierra rica y preciosa; debiera ser Vigilar y Castigar como el título de la maravillosa obra foucaultiana, en donde se observa, se vigila, se reprime, y en caso de omisión, se castiga. Tengo asco. Y no soy experto ni quién para alzar mi voz ni mi mano ante las injusticias. Pero si invito a que no sea sólo llanto e indignación, sino un despertar para todo un pueblo. No más violencia!

Que ese grito si se escuche y resuene en esas armaduras odiosas y espeluznantes!

Yo si quiero que se escuche!

lunes, 20 de febrero de 2012

Me dio culillo!

Para los que no saben que es que te de culillo, daré una breve introducción: Que les de culillo es que les de miedo, terror, pánico, susto. Esa sensación de impotencia y flojera en las piernas, sudor frío e inevitable y esas ganas absurdas de desaparecer.

Pues bien. Me dio culillo. Sí, me asusté cuando vi en las noticias que siguen las persecuciones a la piratería cibernética, a los que comparten en redes sociales, a los que ven videos en youtube y suben, bajan y enseñan a hacerlo a otros miles de surfers en la red. Lo de Megaupload me erizó la piel, y no precisamente por que metieron al pobre hombre a la cárcel con una pena ridícula y sin sentido, sino porque veo que a los Nule, a los presidentes de países vecinos, a los asesinos, ladrones de miles de miles de millones del estado, les dan 5 añitos, con posibilidad de que estén en casa. Tremenda estupidez.

Como se preocupan tanto por la humanidad, guardar derechos de autor es más valioso que la vida de un ser humano. Se pueden caer los puentes, tardarse años las mejoras de la ciudad, morir de hambre millones de personas, hacer del desempleo en tierra propia, un trampolín para China y las marcas que cada vez se consumen más (o menos? con que dinero se compran?) al podio económico, contaminar el planeta, robar las arcas, apoyar a los bancos porque no tienen aún suficiente con impuestos y beneficios insultantes, pero no se puede bajar una película o el programa mágico para redactar una carta, porque si lo haces te van a joder? Un niño que tenga una consola de videojuegos con títulos piratas es más criminal que un asesino. Eso da culillo, porque estamos rodeados de criminales. En todas las casas de américa latina tenemos un CD pirata, una película pirata, obviamente el windows de nuestro PC no es original. Somos una sociedad criminal por escuchar música, jugar videojuegos y tener pornografía por la que no pagamos mas que la mensualidad del servicio de internet.


En fin! Se que leyes como SOPA no estarán por estos lindes en muchos años. Lo que da culillo no es que existan, sino que popularicen la idea de que todos somos criminales. Si el crimen es ese, que carajos es matar, robar, violar? un chiste? Por que eso parece. Por culpa de esas actividades (robar por ejemplo) una ciudad como Bogotá no tiene infraestructura, no hay empleo, hay miles de familias muriendo de hambre. Pero por tener un album de U2 en la computadora, cuantas cosas tuvo que vender Bono para sobrevivir?


Me dio culillo si. Se me arrugó todo el cuerpo con imaginar que hay que convertir las ciudades en cárceles. Vigilar cada paso, movimiento, canción que llevan las personas en sus reproductores digitales, indagar las url que visita cada computadora. Probablemente y con el tiempo, tararear una canción sea también un crimen como lo auguran en los Simpsons.


Con permiso... me voy a esconder mi música!