Ya no es monólogo; es una reflexión que surge después de leer y releer los diferentes mensajes de todos mis lectores, todos con diversos puntos de vista, diferentes perspectivas y curiosas interpretaciones. Todos ellos inteligentes hasta los tuétanos y por fortuna, todos amigos. Digo por fortuna porque aún no quiero ni estoy preparado para buitres y otras aves de rapiña que destrozarían mis letras y este ejercicio de expresarme. En fin! Me gustaría continuar con mis elogios, pero tardaría años y gastaría demasiadas teclas adulando a todos los que han elogiado, criticado, regañado, aconsejado, acompañado e iluminado mis letras hasta hoy. Un simple gracias y una invitación a que me sigan leyendo es lo que voy a darles.
Primera reflexión de un desempleado!
Pues bien. Me encuentro de nuevo muy a las 8 de la mañana sentado en frente de la computadora luchando contra la inactividad neuronal y rogándome pensar en algo para escribir aquí hoy. Hoy no es un día tan gris como el pasado sábado en el que a causa de mis pesares, entinté la pluma y desbordé un montón de letras sobre este papel virtual. Al contrario, entran algunos rayos del sol que dibujan una mueca parecida a una sonrisa mientras leo los mensajes en mi facebook (por qué no en mi blog?) y se ha iluminado de entre muchas, una idea: reflexionar.
Tomo leche achocolatada mientras preparo una propuesta que debo llevar hoy para hacer que esa empresita que no va bien lo haga y disfruto ver como se reduce el saldo en mora de mi banco porque al fin recibí parte de un dinero que me adeudan. Suena el teléfono y no es otra cosa que una voz de aliento y convencida de que ésta mañana será favorable y yo le doy razón, a pesar de que creo que no hay nada tan malo que no pueda ser peor. Sin embargo esta mañana no fumo ni busco hechizos, más bien leo las noticias otra vez sin saber por qué, siguiendo el sabio consejo de una adorable admiradora. Investigo un poco y me lleno de información, que aunque muchas veces falsa o disfrazada, sirve de inspiración para escribir mis tonterías.
Hora de reflexionar porque ya son las 9 y terminé la propuesta. Me pongo incómodo y pienso como responder los mensajes mientras en mi mente revolotea la idea de abandonar la computadora y salir a montarme en uno de esos desagradables buses rojos articulados que arruinan la ciudad, la movilidad y los bolsillos. Reflexionar en el camino será una buena distracción para mi demofobia y para no quejarme de los idiotas que hacen fila frente a las puertas de ingreso. (Pausa larguísima! acabo de regresar y son las 3 de la tarde!. Seguiré narrando en presente, aunque debiera hacerlo en pasado). Camino algunas cuadras, manzanas, bloques y pienso, pienso... llego y entro a la estación. Como siempre, es una desagradable experiencia toparme con la multitud afanada y torpe, más cuando veo atiborrado un rebaño de ciegos que no ven las flechas en el piso indicando la orientación para la espera. Un putazo mental y cierro la boca mientras huyo de nuevo a la reflexión. Pienso, pienso...
Un viaje colgado de un tubo no es ni por un momento divertido. No veo un solo rostro feliz ni siento un aroma agradable, menos una silla fría, aislada y en donde nadie me toque para sentarme y pensar tranquilo. Así que ejercito mis brazos y mi balance esquivando roces mientras hago bocetos mentales de lo que haré para no sumergirme en el hueco acostumbrado en el último mes. Sé sin embargo, que ver la luz tomará algún tiempo mientras asumo mi estado de desempleado y procuro continuar la ruta de la independencia que tanto anhelo sea también económica. Hago cálculos, cuento opciones y recito el consejo que me dieron: debo investigar estadísticas, informarme un poco más sobre la realidad del país y del mundo, llenarme de argumentos para convertir mis publicaciones del blog en algo que no solo haga que diez minutos sean ocupados para mis lectores, sino que sean un punto de referencia, una guía para comprender y concientizar (concienciar) sobre los fenómenos de los que me quejo. Me da algo de pereza creer que mis letras puedan ser informativas; la información tiene ese disfraz eterno y mentirosos de ocultar partes, o de controlar mentes...
Suena la voz inhumana anunciando mi estación y me despierta clavándome en la realidad. Bajo del monstruo rojo, arreglo mi chaqueta y escucho mis pisadas en el metal. Estoy listo y renovado mentalmente para asumir mi rol, poner cara de felicidad y estabilidad y vender mis ideas tan bien, que no exista forma de un no; por un momento creo me haría bien hacerle caso a Coelho... nahh... mejor no!!
Mi reunión es un éxito pues mis interlocutores necesitan lo que puedo darles. Eso me dibuja una sonrisa estúpida en el rostro y de inmediato pone un visto bueno en mi lista del mes entrante de pagos a terceros. Tendré un poco de calma los próximos 2 o 3 meses callándole la boca a los bancos y probablemente esas cervezas de viernes estarán en la nevera aunque sean pocas. Salgo de ahí un poco más ligero y con la mente relajada, lista para seguir en mi reflexión, aunque hasta ahora no haya reflexionado sobre nada. El cigarrillo vuelve a esperar... tengo unas ganas tontas de dejarlo y no prendo ninguno hasta llegar a un paradero de buses corrientes (aleluya), que aunque incómodos y llenos de gente, no son una "aromaempujonterapia". Levanto mi mano y tomo por fortuna, uno que tiene sillas individuales y ventanas abiertas!!
Distraído olvido reflexionar y más bien pienso en que esta tarde veré una película, pero no sé cual. Hace tiempo no veo una buena, así que mi ilusión es acertada; una mala película terminará por borrar la tenue felicidad del día... pero... no, sí es mala puede ser un chiste, digno de contar. Pasan algunos minutos mientras fantaseo y de golpe, me paso dos cuadras, así que tendré que caminar más de la cuenta hasta mi casa. Entro, saludo a mi mamá, al viejo, a Iceberg (mi perro) que tiene la particularidad de ser el mejor del mundo y mi estómago ruge pidiendo el almuerzo. Devoro con la mente en blanco.
De nuevo en el PC. Un déjá vu! (perdonen la tilde invertida, no la encontré). Son las 3 de la tarde como hace 5 párrafos, y no tengo ni idea de cómo continuar, pero igual lo hago. No tengo un hilo conductor ni una historia única que contar, así que sigo anunciando una reflexión que no llega y derramo sobre mi blog las letras de arriba. El reloj da las 5:30 anunciando la pronta película. Buena y mala... creo que es un chiste bien hecho... asustador a medias, suspenso a medias, palabras a medias porque viendo una película no se puede hablar. Cuando termina, tengo una conversación interesante, larga y que topa casi a las 11 de la noche.
Regreso con la misma sonrisa idiota y con el mismo hueco en la mente. Aún no llega la luz que necesito para hacerle honor al título de lo que estoy escribiendo... entro en la cocina, me sirvo un plato de comida y le digo un par de cosas a Iceberg. De repente y de la nada, viene a mi mente al fin algo de sensatez. !Sí, estoy desempleado, desesperado, ilíquido y con los bolsillos llenos de pelusa... pero tengo tiempo para pensar, hablar, escribir, quejarme de la realidad que puedo observar tranquilo, porque no tengo que trabajar en una silla 8 horas diarias.
Voilá... mi reflexión, primera, corta y con un poco de sin sentido. Alguien me dijo sabiamente que era tiempo de un "reset", de un cambio profundo, serio e infortunadamente lento. Pero vale la pena... Estar desempleado, aunque es horrible, es trampolín para iniciar de nuevo, soñar de nuevo, y disfrutar de tiempo propio... Sin dinero, tengo mucho de que ocuparme!!
La media noche llegó y olvidé publicar... pero ya publico, esperen un ratico!
Suena la voz inhumana anunciando mi estación y me despierta clavándome en la realidad. Bajo del monstruo rojo, arreglo mi chaqueta y escucho mis pisadas en el metal. Estoy listo y renovado mentalmente para asumir mi rol, poner cara de felicidad y estabilidad y vender mis ideas tan bien, que no exista forma de un no; por un momento creo me haría bien hacerle caso a Coelho... nahh... mejor no!!
Mi reunión es un éxito pues mis interlocutores necesitan lo que puedo darles. Eso me dibuja una sonrisa estúpida en el rostro y de inmediato pone un visto bueno en mi lista del mes entrante de pagos a terceros. Tendré un poco de calma los próximos 2 o 3 meses callándole la boca a los bancos y probablemente esas cervezas de viernes estarán en la nevera aunque sean pocas. Salgo de ahí un poco más ligero y con la mente relajada, lista para seguir en mi reflexión, aunque hasta ahora no haya reflexionado sobre nada. El cigarrillo vuelve a esperar... tengo unas ganas tontas de dejarlo y no prendo ninguno hasta llegar a un paradero de buses corrientes (aleluya), que aunque incómodos y llenos de gente, no son una "aromaempujonterapia". Levanto mi mano y tomo por fortuna, uno que tiene sillas individuales y ventanas abiertas!!
Distraído olvido reflexionar y más bien pienso en que esta tarde veré una película, pero no sé cual. Hace tiempo no veo una buena, así que mi ilusión es acertada; una mala película terminará por borrar la tenue felicidad del día... pero... no, sí es mala puede ser un chiste, digno de contar. Pasan algunos minutos mientras fantaseo y de golpe, me paso dos cuadras, así que tendré que caminar más de la cuenta hasta mi casa. Entro, saludo a mi mamá, al viejo, a Iceberg (mi perro) que tiene la particularidad de ser el mejor del mundo y mi estómago ruge pidiendo el almuerzo. Devoro con la mente en blanco.
De nuevo en el PC. Un déjá vu! (perdonen la tilde invertida, no la encontré). Son las 3 de la tarde como hace 5 párrafos, y no tengo ni idea de cómo continuar, pero igual lo hago. No tengo un hilo conductor ni una historia única que contar, así que sigo anunciando una reflexión que no llega y derramo sobre mi blog las letras de arriba. El reloj da las 5:30 anunciando la pronta película. Buena y mala... creo que es un chiste bien hecho... asustador a medias, suspenso a medias, palabras a medias porque viendo una película no se puede hablar. Cuando termina, tengo una conversación interesante, larga y que topa casi a las 11 de la noche.
Regreso con la misma sonrisa idiota y con el mismo hueco en la mente. Aún no llega la luz que necesito para hacerle honor al título de lo que estoy escribiendo... entro en la cocina, me sirvo un plato de comida y le digo un par de cosas a Iceberg. De repente y de la nada, viene a mi mente al fin algo de sensatez. !Sí, estoy desempleado, desesperado, ilíquido y con los bolsillos llenos de pelusa... pero tengo tiempo para pensar, hablar, escribir, quejarme de la realidad que puedo observar tranquilo, porque no tengo que trabajar en una silla 8 horas diarias.
Voilá... mi reflexión, primera, corta y con un poco de sin sentido. Alguien me dijo sabiamente que era tiempo de un "reset", de un cambio profundo, serio e infortunadamente lento. Pero vale la pena... Estar desempleado, aunque es horrible, es trampolín para iniciar de nuevo, soñar de nuevo, y disfrutar de tiempo propio... Sin dinero, tengo mucho de que ocuparme!!
La media noche llegó y olvidé publicar... pero ya publico, esperen un ratico!